La tonada es un género musical folclórico; se trata de un conjunto de melodías con letra que se caracteriza por no ser bailada y tener un énfasis en los textos.
Es un canto tradicional de América del Sur, donde llegó con la colonización española desde el Principado de Asturias, llamada asturianada o canción asturiana. También se interpreta en el norte de León y en la Comunidad Autónoma de Cantabria, donde es conocida como Canción Montañesa.
Musicalmente es una creación cuya alternancia y superposición métrica (6X8 y 3X4) le otorgan una riqueza rítmica muy similar a la de la cueca chilena. Su acompañamiento se hace por lo general con guitarras o arpa y su forma estrófica puede ser de distintos tipos. Según la ocasión en que se cante, se clasifica en serenata (esquinazo), alabanza o bendición para a los novios (parabien), como romance o "corrido" o canción para los tiempos del nacimiento de Cristo (villancico).
Tanto en Chile como en Argentina existe la tradición de cantar un “cogollo” que es un verso inserto en la canción, mediante el cual se ofrece la interpretación a una persona o una situación específica.
Al igual que en la Patagonia, Chile y Argentina han visto influenciada mutuamente parte de su idiosincrasia en lo que hoy corresponde a las regiones sexta sur, séptima y octava norte. Hacia 1842, durante la presidencia de Manuel Bulnes, la zona de Varvarco —en la región norte de la actual provincia argentina de Neuquén— se convirtió en un centro importante de cría de ganado vacuno; allí los indígenas pehuenches -ya araucanizados hacia principios de siglo- arrendaban tierras a ganaderos chilenos, quienes usaban el lugar para engordar el ganado que les vendían los mapuches boroanos; este ganado era producto de robos (malones) a las estancias pampeanas argentinas. Una vez engordado el ganado, era traido a Chile para su comercialización. La mencionada zona pasaría a ser el único centro poblado por blancos en la vertiente oriental cordillerana y al sur del Cuyo que, aunque argentino, era mantenido por un país extranjero.
En el caso de nuestra región maulina la relación con las provincias argentinas de Mendoza y Neuquén es sumamente estrecha. La razón está en la transhumancia de los arrieros y crianceros que utilizaban (aun hoy) los predios cordilleranos limitrofes para la engorda de su ganado, estableciendo redes sociales con los “cuyanos”. Es así como en el periodo entre el 1920 y 1950 la relación entre ambos países, particularmente entre Linares y Malargue, se acentuó por la cantidad de chilenos afincados al otro lado de Los Andes y los argentinos que venían a Chile. Muchas de nuestras costumbres, tales como el pañuelo al cuello de los arrieros chilenos o el consumo de azúcar en cubos, dan cuenta de los estrechos lazos entre ambos pueblos.
Fotografía de don Enrirque Maturana González, tomada en Linares 1955 aprox.